Wednesday, August 30, 2006

UN DIA CUALQUIERA
Hace mucho que amaneció. Me levanto. Aun antes de hacerlo mis amigos perros se dan cuenta. Ladran impacientes mientras “cebo” mi primer mate. Rascan la puerta. Les abro. Saltan a mi alrededor reclamando. Les doy su comida.

Entro en la cocina los cajoncitos de leña. Enciendo el fuego. Tiendo la pequeña alfombra sobre la que danzo mi Tai-Chi. Corro la cortina del ventanal para ver los árboles. Pongo música en sordina.

Es mi momento maravilloso. Los árboles estad en plena floración: ciruelos y amarillos aromos. Empiezo con auto masaje, luego la hora de Tai-Chi. Cada día, hace unos veinte años. Descubro nuevos movimientos junto a los tradicionales; Acariciando el caballo de melena rizada, El látigo, Trayendo al tigre de la montaña… Sé que al otro lado árboles, pasto, todo lo que me rodea emana secreta energía. La trato de aprovechar.
Estoy convencido que existen muchas “energías” más allá de la que reconoce la Física oficial. Las desconocemos, las intuimos, por el momento llamémoslas mágicas mientras las ciencia no les dé nombre.

A mis 78 años me mantengo derecho, no me tiemblan las manos, puedo dar una patada a un metro y medio de altura, cargar una mochila con 20kg. , caminar sin cansancio unos kilómetros.
¿Resultado de esas energías “mágicas” que capto cada mañana? Y en la tarde con mi Danza.
Si, danzo. Nadie me enseñó. Empecé muy tarde. Pongo música y dejo que mi cuerpo la interprete a su manera. Cada día hago un nuevo descubrimiento de movimiento. Ignoro si mi baile, a los ojos de un entendido, será comprensible o no. A mi me sirve.
De nuevo capto energía ,flexibilidad y SATISFACCIÓN.