DIALOGAR
Está de moda el “dialogar” en política.
Dialogar para los gobernantes es el método para que los Oponentes acepten lo que se les propone fingiendo que se les escucha o que se les hace pequeñas concesiones.
En realidad es el tosco maquillaje del absolutismo.
Una concesión a una democracia que solamente tiene el nombre de tal, porque en realidad, es una Plutocracia.
El diálogo que proponen los poderosos es una ficción porque por principio son dogmáticos ya que tienen el Poder.
El Diálogo (día= indica la idea de atravesar lógos= palabra, conversación, razón). El diálogo NO es un instrumento para Imponer Ideas, para convencer y, menos aún, para pontificar.
El verdadero diálogo implica un examen libre en que cada uno de quienes participan exponen su pensamiento.
No es un acto deliberativo, como tratan de convertirlo con frecuencia.
Tampoco una herramienta de convencimiento.
LA EXPOSICION DE LOS DIVERSOS PUNTOS DE VISTA SERÁN MEDITADOS Y SOLAMENTE DESPUÉS DE ELLO SE PODRÁN TOMAR DECISIONES.
Lo anterior implica que
No se puede dialogar entre retardados mentales porque no tienen nada que expresar.
No se pude dialogar con los Fanáticos, porque ellos son los únicos que tienen la razón.
No se puede dialogar con los Poderosos, porque ellos tienen “la sartén por el mango”.
El Diálogo es imposible entre aquellos que tienen miedo, porque ese miedo les bloquea su propio pensamiento.
Todo lo anterior implica la gratuidad de las aseveraciones de los gobernantes cuando dicen pomposamente
ESTAMOS ABIERTOS AL DIALOGO
A LO ÚNICO QUE ESTÁN ABIERTOS ES DEMOSTRAR A SUS OPONENTES LO IMBÉCILES QUE SON AL NO ACEPTAR LAS “GENEROSAS” PROPOSICIONES QUE SE LES OFRECEN.
QUIEN TENGA OIDOS
¡ESCUCHE!
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