
MUNDO CRUEL
Indudablemente no es nada nuevo el vivir en una sociedad en que la diversidad de intereses entre los grupos y estratos sociales crea estructuras sociales delirantes.
Lo anterior se ha dado a través de toda la historia incluso en sociedades, algunas de las cuales se han puesto como modelo, tal como la democracia griega.
Esta situaciones se dramatizan cuando un hecho las pone en evidencia, siendo así que hasta ese momento se las consideraba naturales, necesarias y justas, siempre que no afectasen a grupos determinados
Esta reflexión me viene con fuerza en el caso del incendio el 08/12/2010 de la cárcel llamada San Miguel. Murieron quemados 83 presos y otros 14 se consideran en riesgo vital, Las noticias posteriores, dan una serie de referencias que han demostrado la crueldad de la estructura carcelaria no solo Chile sino una gran generalidad de países, especialmente los que están en etapas de subdesarrollo.
Muchos “por qué” me afloran:
Ø Hace años, muchos años, que aquellas personas, organizaciones e, incluso autoridades más sensibles denuncian la “sobrepoblación” en las cárceles y su pésima organización
Ø Hace más de veinte años recibí informaciones sobre la vida carcelaria de un amigo que entraba frecuentemente en las cárceles como profesor. Esas informaciones directas se repitieron y aparecieron incluso en relatos periodísticos con ocasión de sucesos desgraciados que no se podían encubrir: no solo mala organización carcerlaria, sino organizaciones paralelas de los presidarios para cubrir a su manera las deficiencias de la organización penitenciaria estatal
Ø Se afirma corrientemente que las cárceles son verdaderas universidades de delincuencia donde los llamados delincuentes primerizos aprenden de los más experimentados técnicas delincuenciales y los más expertos las perfeccionan y crean lazos de asociación para continuar sus delitos tan pronto cumplan sus sentencias.
Ø El hecho de ser internado en una cárcel implica automáticamente ser un delincuente y que todos son “iguales”, por tanto, no se hace diferencia alguna en el trato ni en la separación entre aquellos que han violado brutalmente los derechos humanos tales como homicidas, asaltantes y robos con violencia, violadores etc., con simples transgresores de la ley, muchos de los cuales, incluso, pueden tener penas muy bajas y transitorias.
La situación anterior implica constantemente que los presidiarios más expertos y con más experiencia carcelaria desarrollen entre estos “transgresores” su violencia y sus artes de extorsión de mil maneras brutales.
Ø La mala alimentación de los presidiarios les lleva a su autoabastecimiento y elaboración de sus alimentos, por tanto con una serie de necesidades para su cocción y otras implementaciones que pueden ser usadas de forma muy peligrosa como se ha visto en los momentos de motín..
Lo anterior les conduce a la búsqueda de entradas económicas por un trabajo organizado por ellos mismos. Al disponer de herramientas pueden fabricar con cierta facilidad armas blancas diversas que utilizarán como defensa y ataque entre ellos y para tener un tanto a raya a sus vigilantes.
¿GRANJAS PENITENCIARIAS?
Uno se pregunta, frente al hacinamiento humano de las cárceles, si eso no se debe ante todo porque se sigue encarcelando a las personas, a los delincuentes, sin clasificación alguna respecto a la calidad de sus personas y al tipo de su delincuencia.
Aparece con toda claridad que no existe ninguna concepción moderna sobre las cárceles y su finalidad. Ello, al utilizarlas como una especie de vertedero humano de todos aquellos que no conviene mantener mezclados con el resto de la comunidad nacional.
Todo el mundo encontraría absolutamente inadecuado y demencial, que en un zoológico animal se internasen las diversas especies en recintos comunes.
Se alega que la clasificación entre los diversos delincuentes se hace imposible debido al hacinamiento existente.
Me parece que el error reside en encarcelar en presidios con altas medidas de seguridad a multitud de reos que si se les diese un entorno más humano raramente tratarían de evadirse y para los cuales bastarían medidas de vigilancia y seguridad moderadas.
Primariamente existe toda una gama de delincuentes que solamente han transgredido leyes estatuidas, pero que no presentan un peligro para las personas individuales. Han transgredido una ley y esta determina como “castigo” la prisión.
Dentro de este grupo existen aquellas personas que deben permanecer separadas de la comunidad social porque pueden dañarlas debido a sus hábitos inmorales, pero no implican actos violentos: estafadores, ladrones sin violencia, pederastas, maniacos sexuales…
Todos estos tipos no tienen antecedentes de violencia, uso de armas etc. Igualmente pueden permanecer detenidos en recintos de baja seguridad.
Además en ese tipo de recinto pueden ser dedicados a trabajos constructivos y económicos ya que ellos no utilizarán, sino raramente, los utensilios de trabajo para fabricar armas.
Además se podría instituir algún tipo de disminución de penas como “ la redención por el trabajo”.
Quizá las granjas colectivas o las prisiones fábricas. podrían ser una de las soluciones
Una política de este tipo, aparte de aliviar el hacinamiento permitiría aumentar la seguridad de las cárceles de reos peligrosos acostumbrados a atentar contra la vida, los derechos, y la integridad física de sus compañeros.
La penalización chilena REAL igual que la de todos los países en desarrollo aplica el encarcelamiento como un castigo, por más que esté estipuladas TEORICAMENTE ideas humanitarias y redentoras.
La gente común estima que las cárceles son infiernos humanos no solamente por su concepción y trato sino por la organización brutal de los “grupos de poder” que organizan los delincuentes con más experiencia carcelaria para oprimir al resto de la población carcelaria.
Igualmente, popularmente las cárceles se estiman como Universidades de la Delincuencia. No la de la delincuencia “soft” sino de la brutal en que el ser humano demuestra haber perdido los sentimientos primordiales respecto a otro ser humano considerado ser un enemigo fuente de lucro o sacrificable si muestra resistencia.
Creo que en el fondo de todos estos programas está el análisis flosófico del significado de la pena de cárcel.
· ¿La cárcel es un castigo?
· ¿E s un lugar de segregación de todo aquella persona ue se considera un peligro para el resto de la sociedad?
· ¿Un lugar para la rehabilitación de los delincuentes?
· ¿Un lugar para que los delincuentes se hagan más expertos, carezcan de posibilidades de inserción en la sociedad al ser liberados?
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