drogacion I
DROGACIÓN
I
DROGACIÓN
I

Me
parece necesario usarlo.
La
palabra droga viene del árabe hispánico
“hatrukar” y significa CHARALATANERIA
(¿).
Durante
muchos años me he preguntado en que se fundaría la inclinación del ser humano a
drogarse, porque es evidente que esta tendencia es multifacética y universal, más allá de las formas modernas
de drogación química.
Evidentemente
que todo aquel que se droga lo hace para
“huir de una realidad” que no acepta. En este aspecto no soy original en mi
reflexión.
Ante
todo aclaro que no hablo de la “realidad” metafísica tan discutida en el
presente como algo inalcanzable.
Me
refiero a la “realidad” sicológica, tal como cada uno cree percibirla.
Las
drogas la hacen desparecer durante un
espacio de tiempo que puede ser largo o
corto, pero que siempre es efímero.
En
el caso de las drogas químicas:
¿Me
duele algo? Un analgésico.
¿Estoy deprimido? Un antidepresivo. Marihuana.
Cocaína…
Este
es un análisis aceptado generalmente.
Pensando
un poco más profundo me pregunto:
¿En
qué punto del desarrollo antropológico el ser humano descubre la drogación?
¿En qué momento el ser humano se hace dependiente y por tanto drogadicto?
Pienso
que pudo ser cuando el ser humano
descubre el OCIO. Cuando se
empieza a liberar momentos que no dedica a la búsqueda de llenar sus
necesidades, ni a descansar de esa actividad.
Aunque creo que solamente es en parte y que este no esta no es la causa
fundamental.
Me
atrevo a pensar que estamos estructurados para funcionar
bajo la necesidad de una cierta
drogación.
Las
secreciones hormonales que nuestras actividades desencadenan son una prueba.
Lo mismo la secreción de endorfinas en nuestro
cerebro.
Hasta
el día de hoy la droga más común es el sexo.
Placer,
desde luego, pero también anestesia en
el coito.
La
caza, la guerra, ahora los deportes, especialmente los de alto riesgo,
desencadenan complejos fenómenos
hormonales, que van mucho más allá de la
simple producción de adrenalina.
Pero
también existe todo tipo de drogación no
física que las formas culturales se encargan de
difundir y desarrollar y a las que podemos denominar “drogas
emocionales”. Por ejemplo esas que comenzaron con ritos y se consagraría
históricamente como religiosas.
La consecución de poder, riquezas… Son
infinitas.
Todas
ellas en menor o mayor grado hacen olvidar la REALIDAD.
Entonces
¿por qué nos asombramos del paso dado tardíamente
y que en nuestra época pensamos que ha llegado a su máxima expresión bajo el
consumo de las drogas químicas?
Nuestra
cultura nos condiciona para
NEGAR CONTINUAMENTE LA REALIDADNATURAL.
Según la mentalidad actual mientras más apartados estamos de ella
SOMOS MÁS HUMANOS.
No
solamente nuestra realidad natural, sino
también despreciamos la cultural lanzados en una carrera del
CONSUMO Y DESPILFARRO.
El Vacío que sentimos, real o
imaginario, lo tenemos que llenar indefectiblemente con
DROGAS PERMITIDAS O PROHIBIDAS.
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