Tuesday, January 15, 2013

Huida de lo natural



 

 

 

LA HUIDA DE LO NATURAL


Si se observa el desarrollo histórico de los seres humanos desde el punto de vista de su relación con aquello que es constitutivo  y propio de su naturaleza  se comprueba fácilmente  que  es una continua huida de casi todo aquello que es propio de su naturaleza de mamífero.

Algunos dicen que es una huida de su animalidad. Pero estos observadores parten del prejuicio de que lo Animal es un estadio inferior, despreciable y repugnante. Esta reacción proviene de una serie de prejuicios culturales previos, precisamente debidos a esa continua huida de todo lo natural  que es propia de los seres humanos culturizados.

Lo animal, es decir, lo que realmente somos, es algo que no se puede  ignorar,  menos intentar borrar, porque  ello produce perversiones importantes en el ser humano. Perversiones que la cultura maquilla hasta que explotan en forma enfermiza.

Aceptar lo natural no significa “volver” literalmente a lo natural, a lo que somos verdaderamente, ya que ello es imposible debido a nuestro largo “amaestramiento cultural” milenario.

Tener en cuenta lo natural y saber lo que realmente somos para no dejarnos arrastrar  por formas culturales  aberrantes que no son adaptaciones creativas y positivas a nuestra realidad, sino impuestas para las  conveniencias de los grupos dominantes en nuestra propia cultura.

Es frecuente, en nuestra cultura occidental e hispánica, la frase “se comportan como animales”. Esto se expresa  cuando se dan situaciones consideradas con razón violadoras de  las relaciones humanas o bien violadoras de los hábitos culturales  predominantes entre nosotros.
Así asesinatos, violaciones, robos, atropellos a los derechos humanos en forma brutal…. Son clasificados actos  animales. Sin embargo, si esas situaciones son examinadas en forma fría  y razonada  es fácil deducir que ningún animal de cualquier especie y mucho menos mamíferos los cometería.

El Desarrollo Cultural histórico  no se puede juzgar en bloque como una huida de lo natural aunque esencialmente lo sea. En  muchos aspectos  puede ser una adaptación del ser humano  a nuevas condiciones  creadas por el mundo que le rodea.

El ser humano es un animal sumamente plástico y adaptativo. Su adaptación natural a las nuevas condiciones de su entorno no  solamente  le permitió sobrevivir como especie sino también a ser la especie predominante.

Muchos grupos humanos de los que denominamos “originales” crearon una cultura de adaptación natural a su medio ambiente de tal manera que  mantuvieron su relación equilibrada, creativa, sin producir grandes contradicciones entre su propia naturaleza y su adaptación a las nuevas situaciones de “cambio”  tanto de su especie, como del medio en que esta se insertaba.

Parece ser que el quiebre entre el desarrollo natural y las imposiciones anárquicas de la cultura proviene de algo que no se tiene en cuenta,  cuando se rompe la solidaridad de los  clanes familiares imponiéndose el liderazgo de los  Grupos de Poder. Esto que en los clanes y tribus originales no representaba sino unos inicios distorsionadores, probablemente cuando se producen las asociaciones no consanguíneas a través de la creación de pueblos y ciudades dio comienzo a imposición anárquica de normas culturales no acordes con la naturaleza humana sino con la instrumentalización y servicio del grupo mayoritario del Grupo de Poder dominante.

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