ACERCA DE LA HOMOSEXUALIDAD
Creo que uno de los problemas existentes en el estudio de la sexualidad humana radica esencialmente en que no se reconoce de ordinario su evolución antropológica y social.
Primariamente, posiblemente condicionada físicamente por algún tipo de
“estro” femenino, la sexualidad tuvo como objetivo primordialmente la fecundación para la propagación de la especie humana tal como se da en el resto de los mamíferos.
En el desarrollo antropológico, probablemente debido a modificaciones físicas, la atracción por medio de feromonas se fue modificando y fue sustituida por otras formas de atracción sexual y por una ampliación de los periodos fértiles de la hembra.
En ese “momento” histórico del desarrollo humano está el germen de la separación de la sexualidad en dos ramas principales:
Sexualidad o relaciones sexuales con fines procreativos
Sexualidad orgiástica que tiene el único fin que la pareja la pareja o uno de sus miembros obtenga placer...
En el ser humano, en épocas bastante recientes, debido al cambio de formas culturales en que aparecen relaciones amorosas como modos de atracción sexual se desarrolla el juego emocional como parte principal de del cortejo.. Este tipo de sexualidad se puede denominar:
Amor erótico, cuyo colofón desde luego es la unión y el goce sexual. Esto es considerado como un desarrollo típicamente humano. En el fondo es una “sublimación” del cortejo que se da en muchas especies animales.
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A la luz de lo anterior se debe analizar el comportamiento homosexual.
Creo que en el comportamiento homosexual, tanto femenino como masculino, se dan dos aspectos fundamentales con sus consiguientes variantes vitales:
Relaciones amorosas previas de tipo emocional que culminan en el acto de emparejamiento sexual como plenitud de unión
Las relaciones sexuales directas entre parejas del mismo sexo que tienen como objeto única o primariamente el goce sexual.
Lo expuesto, como ya he señalado, es arquetípico y las variantes vitales correspondientes a cada persona pueden ser muy diversas.
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Como existe en la heterosexualidad también en la homosexualidad hay que considerar la existencia de la prostitución con todas sus ramificaciones y complejidades.
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El travestismo que se considera un fenómeno homosexual puede tener conexión con él, pero sobre todo proviene del deseo de identificarse, de sentirse de alguna manera, hembra. Por tanto el deseo de ser poseído por otro varón proviene de esa tendencia muy fuerte y compulsiva. Un varón, en este caso, poseído sexualmente por otro varón, piensa alcanzar parte de la femineidad a la que anhela.
En la actualidad de manera muy fuerte aparece en el travestismo la prostitución, ya que se llenan dos objetivos, el ser poseído y el de tener beneficios económicos.
En este aspecto este tipo de prostitución difiere generalmente de la prostitución femenina, ya que generalmente las prostitutas declaran frecuentemente no tener particular goce en las relaciones sexuales pagadas y es ordinario que tengan su propia relación privada con otro varón.
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El rechazo socio-cultural a la homosexualidad ha sido investigado sin que se haya llegado a soluciones satisfactorias.
Me parece que lo obvio es el rechazo de las sociedades y grupos humanos a la A-normalidad. Me refiero a la anormalidad estadística. Es cierto que se opina que la masa homosexual equivale en las diversas sociedades tanto históricas como contemporáneas, a un 10% de la población. Ciertamente los índices comprobados son menores, pero existe un ocultamiento sistemático debido al rechazo que normalmente se da a esta elección sexual.
En este caso la Normalidad, parece evidentemente ser lo general ya que se supone siempre que la homosexualidad es propia de escasas personas enfermas, desviadas, pecadoras o criminales.
Lo anterior incitado por las religiones ocasionó en toda la Edad Media espantosos castigos físicos a las personas homosexuales de ambos sexos especialmente en Occidente, tales como ser empalados o aperreados vivos en lugares públicos.
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La pederastia es una forma de sexualidad muy extendida y que en ocasiones aparece relacionada con la homosexualidad confundiendo a muchas personas que juzgan que los homosexuales son pederastas y corruptores de los niños.
La pederastia ha sido especialmente rechazada a partir de los últimos veinticinco años en los que se desarrolló una legislación penal específica sobre ella.
Por desgracia, durante varios milenios fue vista casi con complacencia. En Grecia y Roma era pública, sobre todo con esclavos. En otros muchos orientales con cierta tolerancia..
Si se leen estudios sobre la pederastia del siglo pasado, generalmente aparecen dándola más importancia como perversión que como crimen.
Desde luego no era considerada pederastia “las ternuras sexuales”, sino la penetración violatoria.
Este tipo de homosexualidad que, generalmente tiene un motivo únicamente sexual por parte del violador, es utilizado como una seudo prostitución por el hecho de que la víctima no denunciará o su denuncia no será creída y por tanto fácilmente negada.
La gravedad criminal de este tipo de agresión se debe ante todo que se trata de una
Violación
Tanto más grave cuanto la víctima carece de posibilidad de lucha y defensa. Es fácilmente
Chantajeado y amenazado. Carece de personalidad social para poder hacer denuncias formales y otros agravantes fácilmente deducibles.
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Creo que uno de los problemas existentes en el estudio de la sexualidad humana radica esencialmente en que no se reconoce de ordinario su evolución antropológica y social.
Primariamente, posiblemente condicionada físicamente por algún tipo de
“estro” femenino, la sexualidad tuvo como objetivo primordialmente la fecundación para la propagación de la especie humana tal como se da en el resto de los mamíferos.
En el desarrollo antropológico, probablemente debido a modificaciones físicas, la atracción por medio de feromonas se fue modificando y fue sustituida por otras formas de atracción sexual y por una ampliación de los periodos fértiles de la hembra.
En ese “momento” histórico del desarrollo humano está el germen de la separación de la sexualidad en dos ramas principales:
Sexualidad o relaciones sexuales con fines procreativos
Sexualidad orgiástica que tiene el único fin que la pareja la pareja o uno de sus miembros obtenga placer...
En el ser humano, en épocas bastante recientes, debido al cambio de formas culturales en que aparecen relaciones amorosas como modos de atracción sexual se desarrolla el juego emocional como parte principal de del cortejo.. Este tipo de sexualidad se puede denominar:
Amor erótico, cuyo colofón desde luego es la unión y el goce sexual. Esto es considerado como un desarrollo típicamente humano. En el fondo es una “sublimación” del cortejo que se da en muchas especies animales.
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A la luz de lo anterior se debe analizar el comportamiento homosexual.
Creo que en el comportamiento homosexual, tanto femenino como masculino, se dan dos aspectos fundamentales con sus consiguientes variantes vitales:
Relaciones amorosas previas de tipo emocional que culminan en el acto de emparejamiento sexual como plenitud de unión
Las relaciones sexuales directas entre parejas del mismo sexo que tienen como objeto única o primariamente el goce sexual.
Lo expuesto, como ya he señalado, es arquetípico y las variantes vitales correspondientes a cada persona pueden ser muy diversas.
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Como existe en la heterosexualidad también en la homosexualidad hay que considerar la existencia de la prostitución con todas sus ramificaciones y complejidades.
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El travestismo que se considera un fenómeno homosexual puede tener conexión con él, pero sobre todo proviene del deseo de identificarse, de sentirse de alguna manera, hembra. Por tanto el deseo de ser poseído por otro varón proviene de esa tendencia muy fuerte y compulsiva. Un varón, en este caso, poseído sexualmente por otro varón, piensa alcanzar parte de la femineidad a la que anhela.
En la actualidad de manera muy fuerte aparece en el travestismo la prostitución, ya que se llenan dos objetivos, el ser poseído y el de tener beneficios económicos.
En este aspecto este tipo de prostitución difiere generalmente de la prostitución femenina, ya que generalmente las prostitutas declaran frecuentemente no tener particular goce en las relaciones sexuales pagadas y es ordinario que tengan su propia relación privada con otro varón.
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El rechazo socio-cultural a la homosexualidad ha sido investigado sin que se haya llegado a soluciones satisfactorias.
Me parece que lo obvio es el rechazo de las sociedades y grupos humanos a la A-normalidad. Me refiero a la anormalidad estadística. Es cierto que se opina que la masa homosexual equivale en las diversas sociedades tanto históricas como contemporáneas, a un 10% de la población. Ciertamente los índices comprobados son menores, pero existe un ocultamiento sistemático debido al rechazo que normalmente se da a esta elección sexual.
En este caso la Normalidad, parece evidentemente ser lo general ya que se supone siempre que la homosexualidad es propia de escasas personas enfermas, desviadas, pecadoras o criminales.
Lo anterior incitado por las religiones ocasionó en toda la Edad Media espantosos castigos físicos a las personas homosexuales de ambos sexos especialmente en Occidente, tales como ser empalados o aperreados vivos en lugares públicos.
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La pederastia es una forma de sexualidad muy extendida y que en ocasiones aparece relacionada con la homosexualidad confundiendo a muchas personas que juzgan que los homosexuales son pederastas y corruptores de los niños.
La pederastia ha sido especialmente rechazada a partir de los últimos veinticinco años en los que se desarrolló una legislación penal específica sobre ella.
Por desgracia, durante varios milenios fue vista casi con complacencia. En Grecia y Roma era pública, sobre todo con esclavos. En otros muchos orientales con cierta tolerancia..
Si se leen estudios sobre la pederastia del siglo pasado, generalmente aparecen dándola más importancia como perversión que como crimen.
Desde luego no era considerada pederastia “las ternuras sexuales”, sino la penetración violatoria.
Este tipo de homosexualidad que, generalmente tiene un motivo únicamente sexual por parte del violador, es utilizado como una seudo prostitución por el hecho de que la víctima no denunciará o su denuncia no será creída y por tanto fácilmente negada.
La gravedad criminal de este tipo de agresión se debe ante todo que se trata de una
Violación
Tanto más grave cuanto la víctima carece de posibilidad de lucha y defensa. Es fácilmente
Chantajeado y amenazado. Carece de personalidad social para poder hacer denuncias formales y otros agravantes fácilmente deducibles.
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