¿ESPOSA Y ESCLAVA?
Me propongo una reflexión sobre el hecho de que, al menos históricamente desde la formación de las comunidades ciudadanas, a la mujer se le asigna el rol semejante a las esclavas. Este es un hecho especialmente evidente en la pareja monoparental. Creo que aun en nuestra época, en forma hipócrita permanece siéndolo. Especialmente en los estratos más desposeídos de nuestras sociedades este papel de esclava resulta mucho más manifiesto. Por lo demás muchas formas religiosas refuerzan esta esclavitud en forma opresiva sobre todo en medios religiosos fundamentalistas.
Fui invitado a casa de un amigo con motivo de las festividades nacionales. Hace días que estaba motivado a reflexionar sobre este tema, pero observando como la compañera de mi amigo se afanaba en los preparativos de la comida sin poder tomar parte de las conversaciones sino simplemente actuando como sirvienta, se ha reactivado mi deseo de reflexión sobre este tema.
Una situación socio-cultural que va más allá de las convicciones de igualdad que se puedan tener en una familiar. Llegado el “momento social” este se impone sobre las convicciones particulares y está diseñado culturalmente de tal forma que, aunque sus actores tengan otras convicciones, el esquema se repite y aparece el papel, más o menos diluido, de Amo – esclava.
“Las violencias contra las mujeres exceden los acontecimientos demuestra fácilmente la mentalidad del varón respecto a ellas pues indudable son iguales a las que durante milenios se administraban a las esclavas indóciles.
Los sociólogos piensan que la cultura fue la creadora de lo que actualmente denominamos machismo, su desarrollo, perpetuación y validación.
En la palabra de una de ellas:
“A las mujeres nos violan, nos asaltan y nos golpean, nos ultrajan, nos humillan, nos deshumanizan,
Nos manosean, nos asesinan, nos mutilan, nos prostituyen, nos martirizan; y sobre el hecho
Los Varones afirman y aseguran en su ciencia, su literatura, en su práctica cotidiana, en sus chistes y
En sus relaciones sociales que a las mujeres nos encanta. Más aún Gabriel García Márquez postula
Poniéndolo en boca de la mujer,
Siendo este párrafo también violación-