Sunday, April 28, 2013

¿Muerte?









                      ¿MUERTE?
Tengo dos amigos que van a morir.
Uno, habiendo sufrido dos infartos, está en el hospital. Si vive,  quedará  con severos daños neurológicos.
El otro tiene un cáncer terminal que significa un tiempo limitado y  de meses.
En estas circunstancias, yo suelo pasar un tiempo observándome, temeroso de experimentar síntomas semejantes a los de mis amigos o algo que me haga presagiar una situación semejante. En esta ocasión no me siento, hasta el momento, especialmente alarmado.
Hace unos días murió Margaret Tachter  debido a  un coagulo cerebral. Esto me llevó a reflexionar en  lo que, en ocasiones, he pensado. ¿Si estos personajes ricos y muy cuidados son repentinamente asaltados por estos accidentes ¿qué importancia tiene que yo con mis muy limitados medios me preocupe? Ellos son personas sujetas a  frecuentes chequeos médicos  en centros que disponen de las técnicas más modernas para ser evaluados.
Aun ahora, en edad avanzada, sigo pensando que, debido a mi edad, el ciclo de mi vida se está cerrando. Cualquier enfermedad terminal o súbita será el final “normal” de mi existencia. Querer prolongar mi vida artificialmente con los medios modernos, suponiendo que tenga acceso a ellos, no tiene sentido. Vivir un poco más en condiciones físicas muy deterioradas o, en el mejor de los casos, recuperado y sabiendo que dentro  de muy poco se repetirá el mismo ciclo, tampoco  es  de mi interés. Quizá  reflexiono así de una manera lejana y fría. Pudiera ser que en el momento del “suceso” cambiaría de opinión. Todo es posible y pocos son aquellos que  no tengan un momento de miedo y renieguen de aquello que pensaron en frío.
Respecto a lo que  suele angustiar tanto a la mayoría de las personas acerca  de una “vida post mortem” yo que estoy   catalogado como agnóstico,
 NO CREO QUE EXISTA VIDA DESPUÉS DE LA MUERTE,
 al menos, semejante a la que nosotros tenemos.
Tampoco, creo en las viejas creencias de  CONVERTIRNOS“ sombras o ánimas” en un Hades, según la tradición bíblica  y greco-romana.
 Posiblemente nuestros átomos que, según se opina científicamente, SON INMORTALES, puede ser que  volviendo al Universo, sigan una vida  misteriosa y diferente. Es posible que las tradiciones orientales tengan algún sentido respecto a una reencarnación y que algunas nuestras partículas elementales, en un no-tiempo, vuelvan a integrarse en un ser vivo.
¿Un ser vivo consciente?
Algunos pueblos han intuido que nosotros viviremos en nuestros hijos a quienes hemos transmitido en muchos aspectos parte de la información física que poseemos. Algo también posible, puesto que probablemente lo que otras tradiciones consideran “alma o espíritu” no sea otra cosa que   lo que  denominamos iNFORMACIÓN.
Pienso que la cremación de nuestro cuerpo muerto es, sin duda, un avance en la integración de nuestras partículas elementales al universo ya que volveremos más a donde procedímos.
En cuanto las CREENCIAS de todo tipo, las considero novelas piadosas y  consoladoras frente A LA  GRAN INCOGNITA DE
DE NUESTRO DESTINO FINAL.