¿Muerte?
¿MUERTE?
Tengo dos amigos que van a
morir.
Uno, habiendo sufrido dos
infartos, está en el hospital. Si vive,
quedará con severos daños
neurológicos.
El otro tiene un cáncer
terminal que significa un tiempo limitado y de meses.
En estas circunstancias, yo
suelo pasar un tiempo observándome, temeroso de experimentar síntomas
semejantes a los de mis amigos o algo que me haga presagiar una situación
semejante. En esta ocasión no me siento, hasta el momento, especialmente alarmado.
Hace unos días murió Margaret
Tachter debido a un coagulo cerebral. Esto me llevó a
reflexionar en lo que, en ocasiones, he
pensado. ¿Si estos personajes ricos y muy cuidados son repentinamente asaltados
por estos accidentes ¿qué importancia tiene que yo con mis muy limitados medios
me preocupe? Ellos son personas sujetas a frecuentes chequeos médicos en centros que disponen de las técnicas más
modernas para ser evaluados.
Aun ahora, en edad avanzada,
sigo pensando que, debido a mi edad, el ciclo de mi vida se está cerrando.
Cualquier enfermedad terminal o súbita será el final “normal” de mi existencia.
Querer prolongar mi vida artificialmente con los medios modernos, suponiendo
que tenga acceso a ellos, no tiene sentido. Vivir un poco más en condiciones
físicas muy deterioradas o, en el mejor de los casos, recuperado y sabiendo que
dentro de muy poco se repetirá el mismo
ciclo, tampoco es de mi interés. Quizá reflexiono así de una manera lejana y fría. Pudiera
ser que en el momento del “suceso” cambiaría de opinión. Todo es posible y
pocos son aquellos que no tengan un
momento de miedo y renieguen de aquello que pensaron en frío.
Respecto a lo que suele angustiar tanto a la mayoría de las
personas acerca de una “vida post
mortem” yo que estoy catalogado como agnóstico,
NO CREO
QUE EXISTA VIDA DESPUÉS DE LA MUERTE,
al menos,
semejante a la que nosotros tenemos.
Tampoco, creo en las viejas creencias de CONVERTIRNOS“ sombras o ánimas” en un Hades, según
la tradición bíblica y greco-romana.
Posiblemente nuestros átomos que, según se
opina científicamente, SON INMORTALES, puede ser que volviendo al Universo, sigan una vida misteriosa y diferente. Es posible que las
tradiciones orientales tengan algún sentido respecto a una reencarnación y que
algunas nuestras partículas elementales, en un no-tiempo, vuelvan a integrarse
en un ser vivo.
¿Un ser vivo consciente?
Algunos pueblos han intuido
que nosotros viviremos en nuestros hijos a quienes hemos transmitido en muchos
aspectos parte de la información física que poseemos. Algo también posible,
puesto que probablemente lo que otras tradiciones consideran “alma o espíritu”
no sea otra cosa que lo que denominamos iNFORMACIÓN.
Pienso que la cremación de nuestro
cuerpo muerto es, sin duda, un avance en la integración de nuestras partículas
elementales al universo ya que volveremos más a donde procedímos.
En cuanto las CREENCIAS de todo tipo, las
considero novelas piadosas y consoladoras frente A LA GRAN INCOGNITA DE
DE
NUESTRO DESTINO FINAL.
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