homosexualidad
HOMOSEXUALIDAD
“homosexualidad” y homosexual.
Generalmente se cree que esa
denominación “homosexualidad” proviene del latín Homo= hombre. Eso abría sucedido, si no se tratase de una denominación moderna creada
por un estudioso que lo derivó del
griego y no del latín.
Homoios=semejante,
igual.
Por
tano no es como la mayoría cree que la palabra significa “sexualidad entre hombres”, sino “sexualidad entre iguales”. Lo anterior, técnicamente es muy claro,
pero muy confuso para la mayoría de la gente.
Ya, partiendo de ese mal entendido, se considera
que la pareja entre iguales se une solo
y únicamente con propósitos sexuales. En consecuencia habría que afirmar que
las parejas heterosexuales se unen exclusiva y primariamente por móviles sexuales, siendo así que previamente suele existir una atracción emocional y que la sexualidad
suele ser el resultado y coronación de esa atracción emocional que denominamos
corrientemente amor.
En
nuestra cultura existe la el prejuicio de que todos los homosexuales son
pervertidos y que tratan de pervertir a
los demás arrastrándoles a su sistema de vida.
LO QUE ES ABASOLUTAMENTE FALSO.
Ciertamente entre los homosexuales
existen sicópatas igual que sucede entre
los heterosexuales.
Actualmente con la mayor libertad y auge
de la información sabemos con frecuencia por los Media que las perversiones
sexuales están muy extendidas entre los
heterosexuales e incluso entre aquellos
que hacen del su celibato su sistema de vida haciendo voto
solemne y público de su condición. En ningún caso estos últimos son todos perversos ni tratan de pervertir
con quienes suelen tener más contacto, digamos adolescentes y niños.
Se dice que la homosexualidad es una
elección. Cabe preguntarse si esa elección es posterior a una atracción de
orden emocional previa. Posiblemente se trate de un impulso primario de muy
diversa composición para cada individuo, pero procedente de un esquema previo.
Puede tratarse de información genética,
del misterioso campo hormonal, de experiencias infantiles… Posiblemente no sea
el impulso inicial como se cree, sobre todo en adolescentes, el sexual, sino
una ternura previa, un deseo de protección o, al contrario, un deseo de
dominio…
La elección será posterior al movimiento
emocional.
Es bastante repetitiva la afirmación de
las personas homosexuales cuando expresan que “ellas” “no eligieron ser así”.
En este caso presentan su condición como algo de alguna manera predestinado.
Esto se suele interpretar como una disculpa casi culposa, y, sin embargo revela
sicológicamente la complejidad de su motivación y la falta de
investigaciones profundas sobreel tema.
La convivencia de personas del mismo
sexo se estima que es de 10% en todas las sociedades desde la antigüedad, ya
sea esta relación en forma tolerada o
prohibida. Igualmente se afirma, que es transversal en todos los estratos
sociales, solamente que, debido a la mayor o menor tolerancia, esas relaciones
se reconocen con mayor facilidad o se
tratan de ignorar.
Debido a
su carácter de minoría frente al resto de la sociedad y ala repugnancia que esta siente frente a
las probables relaciones sexuales no convencional casi toda las religiones rechazan la homosexualidad dándola un carácter de antinatural y
prohibida.
El cristianismo, fundándose en el judaísmo que prescribía la ejecución de los homosexuales
los persiguió ferozmente en su etapa adquisicional
condenándoles a penas crueles e
infamantes. Influyó definitivamente a través del tiempo para que, al menos las leyes civiles, incluyesen su persecución
y castigo.
La homosexualidad implica, en consecuencia de lo anterior, un
aspecto general que abarca la
intervención del Estado y sus Leyes en la vida privada de los ciudadanos en
aquello que implica su libertad personal
cuando ella no daña la libertada ajena.
Esto porque se parte que entre los homosexuales existe una perversión que tratan de inculcar en
aquellos con quinees tiene relación confundiéndolos y asimilándolos a los
sicóticos.
Las Legislaciones universales, por influencia directa de las CLASES
CLERICALES, han introducido leyes coercitivas de las minorías que manifiestan
diversidad de costumbres o hábitos de vida,
interviniendo arbitrariamente en su libertad individual con pretextos
tan arbitrarios como los del “mal ejemplo “aplicado a cosas tales como la
eutanasia, el consumo de determinadas
drogas, el vestido el nudismo en público…. y otras acciones que no dañan en
absoluto a otras personas y que son
exclusivamente de la responsabilidad individual.
Esta intervención de los Estados en la
vida individual de las personas con la
evolución cultural actual y la defensa de los Derechos Humanos, son
consideradas arbitrarias e injustas y deberán ser eliminadas de las legislaciones actuales.
Algo semejante sucede respecto con el
mal llamado “matrimonio civil” entre personas de un mismo sexo.
El matrimonio civil es solamente el reconocimiento legal a la cohabitación de
dos personas con los derechos y
obligaciones que dimanan de este contrato de cohabitación.
El
Estado no tiene jurisdicción para CASAR A NADIE si se entiende por ello las
relaciones sexuales de pareja con fines de procreación o solamente de relación
íntima.
Según
Santo Tomás de Aquino ni siquiera el sacerdote ni la Iglesia tienen ese poder
que
Solamente
pueden determinar los contrayentes.
Iglesia
y su representante, el Sacerdote
Son
únicamente
TESTIGOS.
Matrimonio Civil y Eclesiástico no
implican, sino un proceso de “legalización”, “reconocimiento social de un acto
humano realizado entre dos personas
El hecho que ese acto humano de relación
sexual o matrimonio se deba realizar entre dos personas de diferente género cuando
tiene el objetivo de procrear es evidente.
En cambio la unión de dos personas del
mismo sexo que decidan cohabitar legalmente y bendecidas por su religión es
igualmente legítimo, pero no se le puede
llamar matrimonio porque no está dirigidito a la procreación ni tampoco a relaciones
sexuales directas sino simplemente a cohabitación..
De lo anterior dimana el hecho de las relaciones
sexuales son legítimas entre dos personas del mismo género
como expresión corporal del amor o
manifestaciones de un goce sexual decidido mutuo y libre acuerdo.
De nuevo nos encontramos con la
influencia de los Clérigos que dictaminaron en diversas religiones con
frecuencia que todo goce sexual NO ORDENADO a la procreación es PERVERSO.
La antigua práctica secreta y universal de dichas
“perversiones”, las formas culturales modernas las han sacado de su hipócrita
secretismo. La práctica no ha variado, sino que es más pública.
Queda otra observación respecto a cómo
se ha opinado que todas estas condenas y
VALORACIONES ÉTICO-LEGISLATIVAS han sido
promovidas principalmente por las Religiones a través de la Clerecía.
En la Iglesia Católica esta
influencia es más clara, porque parte de
los antiguos Monjes y su voto de castidad.
Estos monjes vez de escoger el celibato como
un acto de libertad, con el tiempo empezaron a valorarlo como algo Bueno frente a algo Malo. Esta evolución se va
creando para mantener fieles a los monjes respecto a una práctica tan
humanamente anormal como es el
celibato. Anormal, dejémoslo en claro, no implica perversa. En este respecto se
trata de una opción libre y respetable,
si es verdadera.
En otras Religiones la evolución histórica es menos clara. Probablemente se
deba al afán del Clero por mostrarse Superior frente a las minorías laicas. La
Plebe religiosa