LA FE (otra visión)
Creo que los taoistas chinos: Tchouangtseu y Lietseu hicieron un particular análisis de la Fe. Ante todo traduciré una de sus peculiares anécdotas abreviándola un tanto.
El señor Ho y el maestro Po, amigos íntimos del príncipe Tseu, partieron en viaje. Atravesando una región desierta se alojaron en la cabaña de un anciano campesino de nombre Chang.Durante la noche los señores conversaron sobre el poder del príncipe, suficientemente poderoso para cambiar los vivos en muertos y viceversa, los ricos en pobres y los pobres en ricos. El viejo campesino, que era mísero, escuchaba esta conversación escondido.
Cuando los huéspedes se fueron, el campesino colocó víveres en una canasta y marchó hasta llegar a las puertas del palacio del principie Tseu Los cortesanos del príncipe eran gentes elegantes, vestidos de seda y que conducían magníficos carruajes. Caminaban altaneros y sin miramientos. Cuando apercibieron al campesino Chang, ya viejo, débil, con el rostro curtido por el sol y con vestidos y sombrero ajados le abofetearon, le engañaron, empujaron de un lado a otro haciéndole sufrir todo tipo de crueldades. Pero el campesino no se irritaba y los amigos del príncipe acabaron cansándose del juego. Un día subieron con Chang a una alta terraza y uno de ellos comentó burlescamente:
= El que salte desde esta terraza recibirá en recompensa cien piezas de oro.
Todo el mundo aplaudió. El viejo campesino tomó la cosa en serio y se lanzó abajo. Planeó como un pájaro hasta el suelo, sin dañarse carne ni huesos. La banda de petimetres pensó que había sido una casualidad y no se maravillaron mucho. En otra ocasión llevaron al campesino a un recodo del río y le dijeron-.
= En el fondo existen perlas preciosas. El que se atreva a bucear las obtendrá.
Inmediatamente el crédulo campesino se arrojó al agua. Pero, cuando emergió, efectivamente traía perlas. Entonces los otros comenzaron a confundirse. El príncipe le hizo servir una buena comida y vestirle de seda.
Ocurrió que se declaró un gran fuego en los almacenes del príncipe. Este dijo al campesino:
= Si puedes sacar del fuego las piezas de tela, recibirás una adecuada recompensa.
Chang aceptó y entró en el fuego sin sufrir ninguna quemadura..
Los cortesanos preguntaron a Chang respetuosamente:
= ¿Cuál, maestro, es vuestro secreto?
= Me olvidaba en pensar en la seguridad de mi vida y de lo que me podía aprovechar o dañar. Mi espíritu era uno y aceptaba sencillamente lo que había escuchado y por ello las cosas exteriores no me dañaban.
Cuando un sabio escuchó esta anécdota dijo:
= Se ignora que el ser humano cuando actúa absolutamente confiado en los seres, mueve el cielo y la tierra, influye en los demonios y los espíritus, atraviesa los seis puntos cardinales sin que nada le resista. (Lietseu)
En este sentido Jesús dijo que “la fe mueve montañas” refiriéndose, probablemente, a otra de las anécdotas que narra el mismo Lietseu.
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Parece ser que la fe produce, o es, una concentración energética vital capaz de modificar, en cierta medida, la dirección vital propia y ajena.
Desde luego no se trata de energía que venga de seres transpersonales como comúnmente se cree. Es nuestra propia capacidad human, aun mal conocida, y que no se puede manipular, porque parte de lo más profundo de nuestra vitalidad
TODOS TENEMOS ESA POSIBILIDAD
Pero solamente en ciertos momentos y ciertas personas son capaces de encauzarla. Ciertamente existen técnicas en las cuales se necesita una previa y especial autoconciencia y concentración. La fe es como el punto nodal en que se concentra la energía de un ser humano o de varios. Entonces el cambio (milagro) sucede. Unos son considerados mágicos, otros son frecuentes, tanto que no los tenemos en cuenta. Así los que realizan a diario muchos minusválidos y de los que no observamos. Por ejemplo la joven abogada mejicana de 30 años, sin brazos, que utiliza sus pies como manos en todos los menesteres, incluso los expresivos. Atletas de alto rendimiento en todas las especialidades, artistas diversos que trabajan con sus cuerpos en forma incomprensible…
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La fe religiosa parece que dirige esa concentración de energía en creer en afirmaciones que de ordinario la razón rechaza.
Curiosamente los creyentes son incrédulos natos inducidos a concentrar sus energías en algo que deben considerar como “real”. Se trata de un tipo de auto-sugestión que suele resultar efectiva en las personas corrientes. Sistema muy utilizado por las diversas ideologías religiosas.
Los creyentes fanáticos serán aquellos que necesitan una unanimidad de aserción para convencerse a si mismos, Por eso su furia ante quien no acepta sus propias aseveraciones.
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Los teólogos dicen que la fe es una “gracia” Un regalo gratuito de la divinidad.
Era una costumbre en los sátrapas orientales que cuando era llevado un delincuente ante su presencia, este podía suplicar el pañuelo de la gracia. Si el rey o califa se lo arrojaba, su vida no peligraba, aunque sus delitos mereciesen la pena suprema del “empalamiento”. El soberano usaba de la “gracia” a su antojo emotivo, simplemente si le “agradaba” el acusado. Supongo que atribuir a la divinidad esta caprichosa actitud no es muy honroso para ella, pero subrayaría su “omnipotencia” sueño de todo tirano.
¿POR QUÉ LOS CLERIGOS (de todo pelaje) SE ENSAÑAN EN PRESENTARNOS UNA DIVINIDAD TAN RIDÍCULA?
Creo que los taoistas chinos: Tchouangtseu y Lietseu hicieron un particular análisis de la Fe. Ante todo traduciré una de sus peculiares anécdotas abreviándola un tanto.
El señor Ho y el maestro Po, amigos íntimos del príncipe Tseu, partieron en viaje. Atravesando una región desierta se alojaron en la cabaña de un anciano campesino de nombre Chang.Durante la noche los señores conversaron sobre el poder del príncipe, suficientemente poderoso para cambiar los vivos en muertos y viceversa, los ricos en pobres y los pobres en ricos. El viejo campesino, que era mísero, escuchaba esta conversación escondido.
Cuando los huéspedes se fueron, el campesino colocó víveres en una canasta y marchó hasta llegar a las puertas del palacio del principie Tseu Los cortesanos del príncipe eran gentes elegantes, vestidos de seda y que conducían magníficos carruajes. Caminaban altaneros y sin miramientos. Cuando apercibieron al campesino Chang, ya viejo, débil, con el rostro curtido por el sol y con vestidos y sombrero ajados le abofetearon, le engañaron, empujaron de un lado a otro haciéndole sufrir todo tipo de crueldades. Pero el campesino no se irritaba y los amigos del príncipe acabaron cansándose del juego. Un día subieron con Chang a una alta terraza y uno de ellos comentó burlescamente:
= El que salte desde esta terraza recibirá en recompensa cien piezas de oro.
Todo el mundo aplaudió. El viejo campesino tomó la cosa en serio y se lanzó abajo. Planeó como un pájaro hasta el suelo, sin dañarse carne ni huesos. La banda de petimetres pensó que había sido una casualidad y no se maravillaron mucho. En otra ocasión llevaron al campesino a un recodo del río y le dijeron-.
= En el fondo existen perlas preciosas. El que se atreva a bucear las obtendrá.
Inmediatamente el crédulo campesino se arrojó al agua. Pero, cuando emergió, efectivamente traía perlas. Entonces los otros comenzaron a confundirse. El príncipe le hizo servir una buena comida y vestirle de seda.
Ocurrió que se declaró un gran fuego en los almacenes del príncipe. Este dijo al campesino:
= Si puedes sacar del fuego las piezas de tela, recibirás una adecuada recompensa.
Chang aceptó y entró en el fuego sin sufrir ninguna quemadura..
Los cortesanos preguntaron a Chang respetuosamente:
= ¿Cuál, maestro, es vuestro secreto?
= Me olvidaba en pensar en la seguridad de mi vida y de lo que me podía aprovechar o dañar. Mi espíritu era uno y aceptaba sencillamente lo que había escuchado y por ello las cosas exteriores no me dañaban.
Cuando un sabio escuchó esta anécdota dijo:
= Se ignora que el ser humano cuando actúa absolutamente confiado en los seres, mueve el cielo y la tierra, influye en los demonios y los espíritus, atraviesa los seis puntos cardinales sin que nada le resista. (Lietseu)
En este sentido Jesús dijo que “la fe mueve montañas” refiriéndose, probablemente, a otra de las anécdotas que narra el mismo Lietseu.
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Parece ser que la fe produce, o es, una concentración energética vital capaz de modificar, en cierta medida, la dirección vital propia y ajena.
Desde luego no se trata de energía que venga de seres transpersonales como comúnmente se cree. Es nuestra propia capacidad human, aun mal conocida, y que no se puede manipular, porque parte de lo más profundo de nuestra vitalidad
TODOS TENEMOS ESA POSIBILIDAD
Pero solamente en ciertos momentos y ciertas personas son capaces de encauzarla. Ciertamente existen técnicas en las cuales se necesita una previa y especial autoconciencia y concentración. La fe es como el punto nodal en que se concentra la energía de un ser humano o de varios. Entonces el cambio (milagro) sucede. Unos son considerados mágicos, otros son frecuentes, tanto que no los tenemos en cuenta. Así los que realizan a diario muchos minusválidos y de los que no observamos. Por ejemplo la joven abogada mejicana de 30 años, sin brazos, que utiliza sus pies como manos en todos los menesteres, incluso los expresivos. Atletas de alto rendimiento en todas las especialidades, artistas diversos que trabajan con sus cuerpos en forma incomprensible…
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La fe religiosa parece que dirige esa concentración de energía en creer en afirmaciones que de ordinario la razón rechaza.
Curiosamente los creyentes son incrédulos natos inducidos a concentrar sus energías en algo que deben considerar como “real”. Se trata de un tipo de auto-sugestión que suele resultar efectiva en las personas corrientes. Sistema muy utilizado por las diversas ideologías religiosas.
Los creyentes fanáticos serán aquellos que necesitan una unanimidad de aserción para convencerse a si mismos, Por eso su furia ante quien no acepta sus propias aseveraciones.
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Los teólogos dicen que la fe es una “gracia” Un regalo gratuito de la divinidad.
Era una costumbre en los sátrapas orientales que cuando era llevado un delincuente ante su presencia, este podía suplicar el pañuelo de la gracia. Si el rey o califa se lo arrojaba, su vida no peligraba, aunque sus delitos mereciesen la pena suprema del “empalamiento”. El soberano usaba de la “gracia” a su antojo emotivo, simplemente si le “agradaba” el acusado. Supongo que atribuir a la divinidad esta caprichosa actitud no es muy honroso para ella, pero subrayaría su “omnipotencia” sueño de todo tirano.
¿POR QUÉ LOS CLERIGOS (de todo pelaje) SE ENSAÑAN EN PRESENTARNOS UNA DIVINIDAD TAN RIDÍCULA?